domingo, 21 de julio de 2013

Memoria de tu silueta



Cerca de la comisura de los labios, se me dibuja tu silueta. Parece una sonrisa, parece una veleta. No se aún qué significa, falta ver la mirada que me implica.

Recorro sus trazos y miro mis zurcos. Estoy enraizado entre las secuelas de tu húmedad en tierra seca. Encuentro algunas de las semillas que quedaron fuera. Se secaron. Vuelvo sobre mis pasos y recorro el enorme horizonte gentil de tu pequeña residencia corpórea. Creo que un día me perdí entre tus brazos. Vuelvo a mirar por dentro y la semilla seca se me germina. Y entonces me siento otra vez debajo de ti, como topo escavador que come raíces y lanza la savia de sus frutos.

Trato de mirarla fijamente y no la veo. Sólo siento esa brisa cálida que un día me señaló el camino. Ya no te huelo, pero te conservo. Creo que perdí la memoria tratando de recordar tu rostro. Trato de tocarla y no la alcanzo. Tu silueta se volvió un destino. Vuelvo a intentar mirarla fijamente y no la veo. Ya no está. Sólo este mapa iconográfico que la describe palmo a palmo, golpe a golpe, como pequeña muerte perenne.

Y entonces trato nuevamente de recordarla y la recuerdo. Sé perfectamente su contorno, porque saboré exhaustivamente su entorno: una noche me consumí bebiendo el incandecente calor de su horno. Cerca, muy cerca del ansia se me desdibuja. Ya la traigo por dentro, como bandera, como estandarte, como crucifijo. Creo que un día me inmolé en uno de sus espasmos y me caí en uno de sus precipicios. Por eso me sé el camino que consiste en perder la ruta hasta que tu brújula me indique dónde quedan las caderas de la cadencia y la indecencia. Dónde el espasmo que cura el espanto.

Intento recordar tu silueta y la siento. Creo que, por tanto venerarla, se me quedó por dentro. Un dia la voy a olvidar. Entonces, te me volverás a dar.

Mientras, trato de recordarte. Y sólo me viene en homenaje la presencia incólumne de la memoria de tu silueta. Y entonces canto mientras doy gracias a Dios. Y bailo.

(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán del 20 de julio del 2013 y para ser leído como fue escrito: subido en un avión, hasta arriba y hasta adelante, y escuchando a la enloquecida de Alanis Morissette cantando -como las grandes- su enloquecedora a Crazy. La viñeta es de la grande Ana Lucía Solís, Colibrí)

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