miércoles, 8 de mayo de 2013

Dormingo en sábado (o de cómo las cosas no son como las pensamos)



Dormingo es una palabra que deriva de la síntesis de otras dos: dormir y domingo. Por ello, más que sólo una palabra es un concepto que incluso tiene la altanera pretensión que ser más que eso y convertirse en una forma de ver y andar por la vida. Dormingo es un estado de gracia que ve y anda por la vida en onírica reflexión, convencido de que las cosas simples, las pequeñas cosas, las leves, son las que importan y marcan, pesan, en la vida. De allí que su inspiración sea la grata exaltación y reivindicación de la vida bella, aun y a pesar de transitar por los siniestros territorios en que realmente habita.

Por ello, los dormingos fueron pensados, sentidos, inspirados, convocados, reclamados, sentenciados y escritos para publicarse en domingo. Ello en un periódico, Cambio de Michoacán, que se publicaba en domingo. Pero como ahora Cambio ya no se publicará en domingo, los dormingos ya no aparecerán en domingo, sino en sábado… ¡Las cosas que hay que ver!

¿Quién iba a pensarlo?: un dormingo en sábado. En definitiva: las cosas no son como las pensamos. De hecho, nunca lo son. Las cosas son las cosas, no lo que pensamos de las cosas. Ello por una razón muy simple: una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. O sea: las cosas son las cosas que están, tal y como están, independientemente de nuestra percepción y, sobre todo, de nuestra interpretación de las cosas. Por ello las cosas no son como las pensamos, sino como son.

Pensar las cosas supone interpretar las cosas. Y cuando lo hacemos, las cosas ya no son sólo las cosas, sino lo que nosotros percibimos, racionalizamos y conceptualizamos de las cosas. Por eso las cosas nunca son como las pensamos, o dicho de otro modo: las cosas no son lo que pensamos de ellas, sino lo que realmente son.

Pero el problema no es ése. El problema es que hay ciertas cosas que no se pueden pensar, capturar en el pensamiento, porque son incomprensibles, inasibles, inconmensurables. Piénsese por ejemplo: ¿cuántas veces se despiden los amantes que ya no pueden seguir juntos, pero quieren seguir juntos? O, a contrario sensu: ¿cuántas veces se despiden los amantes que ya no quieren seguir juntos, pero pueden seguir juntos?

Así lo mismo: ¿cómo puede publicarse en sábado un dormingo? ¡Vaya a usted a saber!, pero lo cierto es que a partir de ahora así será. En definitiva: las cosas no son como las pensamos. Alabado.

(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán el sábado 4 de mayo y para leerse como fue escrito: anonadado y escuchando música del radio… random…)

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