Dormingo es una palabra que deriva de la síntesis de otras dos:
dormir y domingo. Por ello, más que sólo una palabra es un concepto que incluso
tiene la altanera pretensión que ser más que eso y convertirse en una forma de
ver y andar por la vida. Dormingo es
un estado de gracia que ve y anda por la vida en onírica reflexión, convencido
de que las cosas simples, las pequeñas cosas, las leves, son las que importan y
marcan, pesan, en la vida. De allí que su inspiración sea la grata exaltación y
reivindicación de la vida bella, aun y a pesar de transitar por los siniestros
territorios en que realmente habita.
Por ello, los dormingos fueron pensados, sentidos,
inspirados, convocados, reclamados, sentenciados y escritos para publicarse en
domingo. Ello en un periódico, Cambio de Michoacán, que se publicaba en
domingo. Pero como ahora Cambio ya no se publicará en domingo, los dormingos ya no aparecerán en domingo,
sino en sábado… ¡Las cosas que hay que ver!
¿Quién iba a pensarlo?: un dormingo en sábado. En definitiva: las
cosas no son como las pensamos. De hecho, nunca lo son. Las cosas son las
cosas, no lo que pensamos de las cosas. Ello por una razón muy simple: una cosa
es una cosa, y otra cosa es otra cosa. O sea: las cosas son las cosas que
están, tal y como están, independientemente de nuestra percepción y, sobre
todo, de nuestra interpretación de las cosas. Por ello las cosas no son como
las pensamos, sino como son.
Pensar las cosas supone
interpretar las cosas. Y cuando lo hacemos, las cosas ya no son sólo las cosas,
sino lo que nosotros percibimos, racionalizamos y conceptualizamos de las
cosas. Por eso las cosas nunca son como las pensamos, o dicho de otro modo: las
cosas no son lo que pensamos de ellas, sino lo que realmente son.
Pero el problema no es ése. El
problema es que hay ciertas cosas que no se pueden pensar, capturar en el
pensamiento, porque son incomprensibles, inasibles, inconmensurables. Piénsese
por ejemplo: ¿cuántas veces se despiden los amantes que ya no pueden seguir
juntos, pero quieren seguir juntos? O, a contrario
sensu: ¿cuántas veces se despiden los amantes que ya no quieren seguir
juntos, pero pueden seguir juntos?
Así lo mismo: ¿cómo puede
publicarse en sábado un dormingo? ¡Vaya a usted a saber!, pero lo cierto es que
a partir de ahora así será. En definitiva: las cosas no son como las pensamos.
Alabado.
(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio de Michoacán el sábado 4 de mayo y para leerse como fue escrito:
anonadado y escuchando música del radio… random…)
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