Muertos. Muertos vivientes. Muertos dolientes, pero
sonrientes. Muertos presentes, vivos ausentes. Muertos. Muertos reencontrados,
vivos extraviados. Muertos. Muertos como tradición, como costumbre, como
cultura. Muertos. Muertos dulces como calabaza en tacha, como uchepos tiernos,
como calaverita de azúcar. Muertos. Muertos amargos, como amagos, como
desangrados, como cincuenta mil. Sin cuenta: mil, dos mil, tres mil, muchos
mil.
Muertos. Muertos también, penosa, dolorosamente, esos
muertos que no son tradición, sino traición. Muertos de noche de muertos:
cultura. Muertos de los días de muertos: incivilzación. Unos y otros: los
muertos, nuestros muertos. No todos descansan en paz. Tampoco nosotros, los
vivos de esos muertos.
Unos muertos, que son de estos vivos. Otros vivos, que son
de esos muertos.
Muertos de una muerte grata. Muertos de ofrenda, de viajes
al lago, de familia que se encuentra y espera la llegada de los que se fueron.
Muertos. Muertos de una muerte ingrata, de un país que nos se encuentra y
desespera ante la ausencia llagada de los que se fueron... sin querer, sin
saber, sin darse cuenta. Muertos. Muertos de duelo. Muertos. Muertos sin duelo.
Muertos.
Muertos. Muertos por todos lados. Muertos. Muertos aquí y
muertos allá, vivos del más allá. Muertos, pero todos muertos. Unos duelen, otros
se duelen. Muertos todos, pero distintos. Muertos que se festejan; los muertos
de la noche de muertos.
Muertos que no se festejan: muertos de los días de muertos. Unos muertos que se quieren. Otros muertos que no se quieren. Muertos. Muertos de fiesta y gracia. Muertos. Muertos de terror y desgracia. Muertos. Muertos de risa, muertos de pena. Muertos. Muertos de alegria y amaranto; muertos de miedo y espanto. Muertos. Muertos, de todas maneras muertos, pero distintos, diferentes, diversos. Muertos que de todas maneras llegan, llagan. Unos en el altar, en la ofrenda. Otros, en la calle, en la afrenta.
Muertos que no se festejan: muertos de los días de muertos. Unos muertos que se quieren. Otros muertos que no se quieren. Muertos. Muertos de fiesta y gracia. Muertos. Muertos de terror y desgracia. Muertos. Muertos de risa, muertos de pena. Muertos. Muertos de alegria y amaranto; muertos de miedo y espanto. Muertos. Muertos, de todas maneras muertos, pero distintos, diferentes, diversos. Muertos que de todas maneras llegan, llagan. Unos en el altar, en la ofrenda. Otros, en la calle, en la afrenta.
Muertos. Muertos que se murieron, pero están hermosamente
presentes. Muertos a los que honramos. Éstos, nuestros muertos de la noche de
muertos; los de la ofrenda.
Muertos. Los otros muertos. Muertos que se murieron y están
dolorosamente ausentes. Muertos a los que deshonramos. Ésos, los muertos de los
días de muertos; los de la afrenta.
Muertos. Muchos muertos, todos muertos, todos nuestros.
(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio deMichoacán el 6 de noviembre de 2011 y para leerse como fue escrito: conmovido y
escuchando el encanto de Xochipitzahua de Lila Downs en su reciente
"Pecados y Milagros"... pocas veces se escuchan maravillas tan maravillosas.
La viñeta es de la Grande de Ana Lucía Solís, Colibrí)
No hay comentarios:
Publicar un comentario