
¿Asesinar al asesino? ¿Tiranizar al tirano? ¿El ojo y el
diente? ¿Enfrentar con barbarie a la barbarie? ¿Embrutecerse con la brutalidad?
¿Ser, o no ser?
Veo las imágenes y me espanto. Un escalofrío electriza y
alerta la poca conciencia que me queda, y me estruja y me avienta sobre la
pantalla en blanco que espera al Dormingo. Yo quería escribir de rosas, me
salieron espinas. Un horror recorre esa espina, la espina dorsal de la
civilización; es el fantasma de la barbarie.
Puede comprenderse el dolor y la rabia, pero no justificarse
que la rabia busque al dolor. Fueron muchos años, décadas siniestras, la
justicia debía llegar… ¡pero la justicia!, no ese amasijo de primitiva
incivilidad humana. Muammar Gadafi, el asesino, el tirano, el bárbaro, el
bruto, murió asesinado, tiranizado, bárbara, brutalmente. “El que a hierro
mata…”, dicen por allí.
Unos hombres le grabaron mientras lo sodomatizaron. Otros
hombres al mundo su muerte anunciaron… y festejaron. “Una victoria de la
democracia”, declarar
on. Y su cuerpo en sigilo en un lugar secreto enterraron. Como al otro, que en la mar aventaron. Con su decisión, dicen, al fanático desalentaron. No habrá santuario y al mártir evitaron. No se dan cuenta que al demócrata envenenaron.
on. Y su cuerpo en sigilo en un lugar secreto enterraron. Como al otro, que en la mar aventaron. Con su decisión, dicen, al fanático desalentaron. No habrá santuario y al mártir evitaron. No se dan cuenta que al demócrata envenenaron.
Perseguir a alguien, hostigarlo en su escondite. Mandar a
decenas de muchachos armados hasta los dientes por él. Entrar a su domicilio,
matarlo. Deshacerse de su cuerpo y anunciar su caída, como presa de cacería,
parece todo menos civilizado ni democrático. ¿Cómo puede la “democracia” tener
una “victoria” en el homicidio televisado y criminal de un homicida criminal?
Suena “razonable” el argumento que dice que al terminar una
dictadura puede arribar la democracia. Y que al evitar propagar la imagen o la
tumba del personaje se evita su uso por sus fanáticos seguidores. ¿Y? Si la
razón nos asiste, habremos de ganar la batalla de la sinrazón con razones, no
con pretextos ni excusas. A algún trasnochado imperialista se le habrá ocurrido
semejante idea al saber que Zapata y el Che siguen en el imaginario colectivo
con sus imágenes martirizadas, aún y con sus tumbas identificadas. ¡Válganos!
Puede ser que con esta inmensa estupidez se le de una
lección a quienes piensan (si es que los fanáticos piensan, claro) como ellos…
pero: ¿qué lección se nos da a los que pensamos no como ellos, sino como
nosotros? ¿Qué le dicen esas imágenes y esos discursos a los que todavía
creemos en los valores del humanismos y
la democracia? A los que pensamos que en vez de matar al que mata hay que
juzgarlo y meterlo a la cárcel.
Ahora, ¿habrá que salir a asesinar a los asesinos, a
corromper a los corruptos, a violar a los violadores, a robar la los ladrones,
a agredir a los agresores, a hacerle fraude a los fraudulentos, a mentir a los
mentirosos…? ¿Y la civilización? ¿Y la barbarie? No, yo a ese juego no juego.
(Dormingo publicado en la versión impresa de Cambio deMichoacán el 30 de octubre del 2011 y para leerse como fue escrito: conmovido y
escuchando a la inspiración épica de “The Resistance” interpretada por los
jóvenes de 2Cellos de su disco que se llama así: 2Cellos) (La viñeta es de la
Grande Ana Lucía Solís, Colibrí)
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